No existe un ámbito profesional hoy en día en el que la oratoria no sea una herramienta clave: desde vendedores a conferencistas, expositores de negocios o coach motivacionales, todos coinciden en que una potente capacidad de expresión verbal es clave para garantizar oportunidades.
Sin embargo, a ser buen orador no se nace aprendido, así que a continuación tendrás algunos pasos básicos a seguir para mejorar tu capacidad ante un público.
1. Saber a quién le hablas
No es lo mismo dirigirse a una audiencia infantil, a una junta de condominio o a los directivos de la empresa. Lo primero es conocer el público para poder planificar el tono y las estrategias.
2. Saber bien de qué vas a hablar
No existe regla más importante que ésta. Al contrario de lo que muchos piensan, no se puede convencer a alguien de lo que uno ignora. Estudia el tema, hazte preguntas y trata de ser exhaustivo en tu entendimiento. El tiempo que inviertas en prepararte se notará durante tu intervención.
3. Evita aprender de memoria
De nada sirve soltar datos como si uno fuera una grabadora: para eso está el material de apoyo, ya sea en láminas, presentaciones o simplemente un papel en tu mano. Tu rol es más bien el de dar una opinión informada, una interpretación posible, una explicación que conduzca al público hacia donde desees.
4. Planifica tu tiempo
Lo mejor que puedes hacer es tener una sesión de práctica en casa y cronometrarte. Así sabrás dosificar la información y el ritmo, para no ir muy rápido ni muy lento y no quedarte sin combustible ni agotar el tiempo disponible para la presentación.
5. Mantén un rumbo fijo
Procura no divagar, no irte por las ramas, sino ceñirte al objetivo principal, sin por eso omitir información suplementaria que podría ser de ayuda para explicar tu contenido.
6. Dosifica las interrupciones
No se trata de convertirse en un dictador, pero tampoco que te saboteen el ritmo. Ataja las intervenciones divagantes y vuelve al punto, sin ser grosero ni hacer sentir incómodos a quienes deseen aportar algo al debate.
7. No descartes la improvisación
Si vas bien preparado, podrás ser flexible con el orden de ciertos aspectos, permitiéndote ir y volver cuando haga falta. Ningún plan es infalible, y a menudo es necesario sacarse un as de la manga.
8. Un poco de humor viene bien
No conviertas la presentación en un stand up, pero protégete de la solemnidad excesiva. Muéstrate amable, seguro, pero dispuesto a romper el hielo con algún comentario jocoso cuando haga falta.
9. Que los nervios no te traicionen
Ten a mano un vaso de agua para darte un respiro cuando sientas mucha presión. Eso también te aclarará la garganta y te mostrará más relajado en escena. ¡Pero cuidado con abusar de la vejiga!
Siguiendo estos consejos como directriz, podrás aumentar tu potencia oratoria y cautivar a los oyentes con tu dominio del tema.
Seguridad, flexibilidad y una buena preparación previa son las claves para un orador de primera categoría.
Comparte estos tips con tus aliados y maximicen su talento verbal de cara a cualquier ocasión.
Imagen: Freepik