Del maletín al algoritmo: La metamorfosis de la consultoría legal y financiera

La consultoría legal y financiera ha pasado de ser un mundo de trajes grises y montañas de papel a un ecosistema tech donde la intuición se codea con los algoritmos. El futuro es ahora, y viene con Wi-Fi incluido.

Tres personas mirando una pantalla con un algoritmo

¿Recuerdas esas películas donde los abogados cargaban maletines repletos de papeles y los contables se rodeaban de torres de carpetas? Pues bien, esa imagen está tan pasada de moda como los pantalones de campana.

La consultoría legal y financiera ha dado un giro de 180 grados, y si no te has enterado, es que probablemente sigues usando un fax.

Esta revolución no llegó de la noche a la mañana. Fue más bien como esa dieta que empiezas en enero: al principio casi ni se nota, pero cuando te das cuenta, ya no te reconoces en el espejo.

Firmas como COREDO (https://coredo.eu/about/) han sido pioneras en esta transformación. Desde 2016, esta consultora europea ha estado demostrando que se puede combinar el conocimiento jurídico tradicional con la última tecnología.

La IA: El asistente legal que nunca duerme (ni cobra horas extra)

Imagina tener un becario que pudiera leer miles de documentos en segundos, sin quejarse y sin necesidad de café. Eso es básicamente lo que la Inteligencia Artificial está haciendo en el mundo legal.

Estos sistemas no solo analizan contratos más rápido que un abogado con tres Red Bulls, sino que además no cometen errores (siempre que se les haya entrenado correctamente, claro está).

Pero no todo es color de rosa. La IA también ha generado una crisis existencial en más de un profesional del sector. Después de todo, ¿quién no se sentiría amenazado por una máquina que puede hacer tu trabajo en la mitad de tiempo y sin pedir aumento de sueldo?

La respuesta está clara, solo los verdaderos profesionales, curtidos, actualizados y con un buen puñado de años en el barro son los que pueden mirar a la IA por encima del hombro.

Blockchain: Porque confiar está bien, pero verificar está mejor

Si el blockchain fuera una persona, sería ese amigo brutalmente honesto que siempre te dice la verdad, aunque duela.

En el mundo de la consultoría, esta tecnología es como un notario incorruptible que está en todas partes al mismo tiempo.

Los contratos inteligentes basados en blockchain son el sueño de cualquier abogado obsesionado con la seguridad. Son tan a prueba de manipulaciones que harían llorar de emoción a un auditor.

Y hablando de auditores, gracias al blockchain, su trabajo ya no se parece tanto a buscar una aguja en un pajar con los ojos vendados.

Big Data: Cuando la intuición tiene respaldo científico

El Big Data en consultoría es como tener una bola de cristal, pero con esteroides. Ya no se trata de confiar en el “olfato” del consultor estrella de la firma.

Ahora, ese “presentimiento” viene respaldado por terabytes de datos y algoritmos más complejos que el árbol genealógico de los Targaryen.

Esta capacidad de análisis está convirtiendo a los consultores en una especie de adivinos corporativos. Pueden predecir tendencias del mercado con la misma precisión con la que tu abuela pronostica la lluvia cuando le duelen las rodillas, pero con mucha más base científica.

La nube: Porque el cielo ya no es el límite

La computación en la nube ha hecho por la consultoría lo que Tinder hizo por las citas: ha eliminado barreras y lo ha puesto todo más accesible.

Ya no hace falta tener el presupuesto de una multinacional para acceder a herramientas de análisis potentes.

Gracias a la nube, hasta la firma de abogados más pequeña puede jugar en las grandes ligas.

Es como si, de repente, el equipo de fútbol del barrio tuviera acceso al mismo equipamiento que el Real Madrid. La cancha se ha nivelado, y ahora lo que importa es cómo juegas, no cuánto cuesta tu equipo.

El factor humano: Porque aún no han inventado un algoritmo para el sentido común

Con toda esta tecnología, uno podría pensar que los consultores humanos están en vías de extinción.

Nada más lejos de la realidad.

La tecnología es genial para procesar datos y encontrar patrones, pero aún no han inventado un algoritmo que pueda replicar la intuición, la empatía y el buen juicio.

El consultor moderno es como un cyborg: mitad humano, mitad máquina. Utiliza la tecnología para potenciar sus capacidades, pero al final del día, es su experiencia y su criterio lo que marca la diferencia.

Después de todo, alguien tiene que explicarle al cliente por qué no es buena idea invertir todos sus ahorros en criptomonedas de gatitos.

Imagen: Freepik

Author: Lean Mind

MBA (exchange), Entrepreneurship, Startups and VC - IE Business SchoolIE Business School. ● Full-time MBA, Business Administration and Management - The Australian Graduate School of Management (AGSM) @ UNSW Business School. ● Doctorado en Fisiología y Nutrición, Ciencias de la Nutrición - Universidad de Navarra.

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