El miedo a afrontar situaciones desconocidas es muy común, pero a la vez muy recomendable para habituarnos a alcanzar nuevas metas por medios que no tenemos del todo bajo control.
Salir de nuestra zona de confort ayuda a que el trabajo tenga mejor resultado, pues nos obliga a afrontar nuestras debilidades y a prestar más atención a lo largo de todo el proceso.
De todas formas, cuando se nos presenta una situación complicada que no sabemos muy bien cómo resolver, contamos con tres pautas que nos ayudarán a solventarla correctamente:
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Trabajar en equipo
Preguntar a los que mejor se desempeñan en cada área es una estrategia que nos permitirá perder el miedo a lo nuevo y al rechazo. Recurrir a otras personas no solo nos ayudará en nuestra tarea, sino que aumentará la autoestima de los demás, haciéndoles saber que su experiencia es tomada en cuenta y valorada, fortaleciendo el clima organizacional.
Ayudar a los demás integrantes del equipo a identificar sus fortalezas nos permitirá sacarle el mayor provecho al trabajo, y fomentará la incorporación de nuevas técnicas y modalidades que den mejores resultados.
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Involucrar otros profesionales
Involucrar a expertos en áreas en las que no tienen suficientes competencias es una estrategia para reforzar la experiencia del equipo de trabajo. El carecer de elementos en ciertas áreas, da la posibilidad de incorporar talentos y procesos nuevos que ayuden a sistematizar tareas y a capacitar a futuros mentores.
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Agendar tareas
Cuando debemos afrontar una tarea que nos disgusta solemos aplazarla todo lo posible. Esto es un error, porque alargamos en el tiempo esa amarga sensación de que tenemos algo pendiente (y desagradable) que debemos hacer.
Lo mejor es identificar el momento del día en el que estamos más productivos y llevar a acabo la tarea durante esas horas. Acabaremos antes, nos aburriremos menos y estaremos más motivados.
Para evitar que las tareas diarias se acumulen con el resto de las actividades se aconseja tener un horario o una agenda bien estructurada y no demasiado abarrotada.
La organización del trabajo, sobre todo cuando llevamos a un equipo de varias personas, es una labor en la que se ponen de manifiesto las fortalezas y debilidades de todos los integrantes. Lo importante es saber identificarlas y gestionarlas, de manera que el equipo trabaje confortablemente y el nivel de productividad de la organización sea óptimo.