Se viven las mismas fases de desesperación, dolor y resignación, que están enfocadas a afrontar y asimilar el fracaso.
Fase 1: Negación
Cuando una empresa o una idea de negocios se va a la quiebra, por lo general, no solo la vida de los dueños se hunde con ella. También se van los puestos de los empleados, los negocios de los proveedores y, muchas veces, también afecta a los clientes que tenía la empresa.
Todo esto genera una necesidad de aferrarse a lo imposible para evitar el fatal desenlace, lo que provoca impotencia e ira en los responsables de la empresa.
Normalmente, empresas de muchos años de vida tienden a quebrar por no adaptarse a los mercados o simplemente por querer salir de la zona de confort que las rutinas han impuesto.
Pero un porcentaje importante de negocios de emprendedores terminan en los primeros años al no adaptarse a los competidores, al tener desconocimiento del mercado o, sencillamente, al no poder crecer con las exigencias de los clientes.
En esta etapa el empresario debe aceptar las consecuencias y plantearse cuáles han sido los errores que le han llevado a esa situación. Debe aprender a superar la pérdida y el dolor.
Fase 2: Transición
Cuando el emprendedor es capaz de pensar en el asunto sin que se le salten las lágrimas, puede detectar oportunidades de mercado, saber fríamente si el nicho en el que intentó meterse era conveniente o si lo que falló fue su incapacidad para llevarlo a buen término.
En este punto debe evaluar todos los recursos y las posibilidades de éxito si emprende un negocio similar desde otro punto de vista, o si cambia de sector, pasando a otro negocio completamente diferente.
Fase 3: Formación
Todo negocio debe pasar por un aprendizaje y, en el caso de los emprendedores reincidentes, el aprendizaje debe ser muy especializado y concienzudo.
Es normal que el emprendedor repase los planes que se llevaron a cabo en periodos anteriores en busca de fallos.
La creación de una empresa nueva genera un gran alivio y el emprendedor siente que ha podido superar la situación y que ha sido capaz de aprender de los errores y del fracaso para mejorar.
Fase 4: Legado
Un emprendedor que ha podido aprender de sus errores seguramente salga reforzado y logre prosperar.
Uno de los mayores millonarios del mundo, el presidente Virgin, Richard Branson, quebró estrepitosamente en su primer negocio, una revista.
Después de eso, y prácticamente sin un centavo en el bolsillo, se hizo millonario aplicando lo que aprendió en su nuevo negocio en el sector de la aviación.
Imagen: Freepik
Biennnnn una pagina que habla de lo que me gusta de verdad! Me suscribo 🙂