En el trabajo no todo tiene que ser acción. Planificar, calcular, escribir, proyectar, diagnosticar, vender, producir, llamar, y un sinfín de tareas que cada uno pueda tener dentro de sus funciones. Y mucho menos cuando los esfuerzos no son recompensados con la alegría de la misión cumplida ni los reconocimientos esperados.
Mayor empeño no siempre significa más éxito, básicamente por algunos factores que comúnmente se descuidan, pero que son fundamentales para lograr los objetivos y crecer en el rol que se desempeña dentro de una empresa.
Ten fe en tu talento propio y sociabilidad
La confianza en ti mismo es un punto de partida para ganar experiencias laborales gratas y favorables.
Dudar de las propias capacidades o de la vocación que se tiene para determinada responsabilidad siempre jugará en contra de cualquier aspiración de llegar lejos. Al igual que la autocrítica constante y severa por no lograr la perfección. La suma de voluntades garantiza mejores resultados.
Socializa y amplía tu agenda de contactos
Ser un ermitaño es un error dentro en cualquier campo de negocio.
Trabajar aislados limita las posibilidades creativas y restringe de relaciones que puedan significar afectos gratificantes y conexiones con personas más interesantes que puedan valorar tu labor.
Ten en cuenta que el hombre es un ser social y siempre llegará más lejos en compañía.
Atrévete y fomenta el cambio y
Todo se transforma constantemente, incluso nosotros mismos, por lo que si hay algún factor frente al que tienes que ser flexible es ante el cambio.
Resistirse a lo novedoso y temer a la incertidumbre bloquea la capacidad de adaptación y conduce al fracaso.
Establece metas a largo plazo
No todas las metas que nos trazamos tienen que ser para ya. Debemos entender que hay un largo plazo al que corresponden muchas de nuestras aspiraciones.
Toca aprender a transitar por cada etapa que conduce hasta ese objetivo, donde sabemos que vamos a llegar pero no podemos precisar cuándo.
Olvida la “titulitis”
Hace unos años tener un máster, un diploma o un certificado de estudios superiores garantizaba un puesto de trabajo. Hoy no solo no garantizan nada, sino que tus credenciales no son fundamento del éxito.
Lo único que garantiza un futuro profesional próspero es la constancia, trabajar con un objetivo bien definido y tener una actitud proactiva. Solo así celebrarás los resultados.