España y Australia pueden estar separados por más de 15 mil kilómetros, hablar diferentes idiomas y exhibir un variado abanico cultural, pero ambos países coinciden en muchos aspectos. Uno de ellos es la pasión de sus habitantes por el emprendimiento.
El Índice Global de Emprendimiento 2017 ha revelado que Australia se sitúa en el séptimo lugar de los países más emprendedores del mundo. En el 2016, la nación de Oceanía alcanzó el tercer lugar en este mismo renglón.
Este escenario ha dado pie para que miles de emprendedores españoles vean en Australia un mercado potencial, que ha abierto las puertas a más de 70 empresas, según cifras aportadas por el Instituto Español de Comercio Exterior.
Muchos de ellos iniciaron su formación académica al estudiar en Australia, lo que les permitió conocer de primera mano la economía, el sistema político y los pros (y contras) de comenzar un negocio en este país.
Emprendimiento para despuntar
El talento ibérico para iniciar con éxito nuevos proyectos también queda en evidencia con cada edición del Foro Económico Mundial, en el que los jóvenes españoles destacan sobre el resto de los asistentes.
Según Laurel Papworth, participante del Programa Líderes Australianos 2016, los emprendedores españoles hacen un buen trabajo al reclutar personal especializado. Con ello se pretende construir relaciones que vayan más allá del compromiso vendedor-cliente.
Una de estas oportunidades para conocer de cerca la idiosincrasia australiana está en manos de la gente de Home World, un centro de estudios internacionales o agencia de estudios en el exterior que ofrece la posibilidad de conocer mejor esta nación.
Esto conlleva el beneficio de formarse en el extranjero, lo que ampliará los conocimientos que se puedan tener de naciones como Australia, que está considerada como el tercer mercado más popular para estudiar en lengua inglesa, tras Estados Unidos y Reino Unido.
Expansión de negocios
Un detalle sobre el emprendimiento español es que cada vez son más las mujeres que deciden ser las protagonistas de su crecimiento profesional autónomo.
Esto se desprende de un informe elaborado por la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), que afirma que el crecimiento de ellas en 2016 fue del 1,1%, contra el 0,6% registrado por los hombres.
Además, nuevos datos del Global Entrepreneuship Monitor dan a conocer cifras interesantes sobre los requerimientos de los emprendedores a la hora de dar sus primeros pasos.
La organización afirmó que el capital necesario para dar luz verde a un proyecto es de 15.000 euros, como promedio. Otra pista sobre el emprendimiento es que un 26,8% de los estudiantes universitarios españoles planean convertirse en emprendedores.
El estudio realizado reflejó que cerca del 50% de las personas encuestadas afirmaron estar capacitadas para arrancar una nueva apuesta empresarial, aunque el 40% confesó que teme fracasar en el intento.
Para capitalizar un nuevo proyecto es vital mantenerse atento a las oportunidades que brinda el mercado. Por lo tanto, un nuevo nicho de negocio puede nacer en cualquier momento y parte del mundo.
En este punto también entran en juego las necesidades colectivas que puedan presentarse, lo que será otra oportunidad para diseñar una solución efectiva a los requerimientos de la sociedad moderna.
Lo más importante es incentivar la educación emprendedora, y que esta sea un combustible insaciable para renovar ideas, replantear planes y buscar asesoría en los momentos necesarios.
Un aspecto a mejorar en España tiene que ver con que el país ocupa el cuarto lugar en el ranking europeo de territorios en los que resulta más caro emprender.
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