Conseguir que la productividad en una empresa mejore es la prioridad de cualquier empresario. Los negocios deben hacer dinero, pero también tienen que intentar reducir los costes o, al menos, hacer que la inversión realizada sea lo más rentable posible. Optimizar, mejorar y pulir son los procedimientos que suelen llevarse a cabo con este objetivo.
Existen diferentes metodologías para conseguir esa eficiencia tan deseada, pero hay una que está comenzando a destacar, sobre todo en el ámbito de la producción, por los grandes resultados que está cosechando. El lean manufacturing ha comenzado a implantarse en numerosas compañías, y todas ellas están descubriendo que debían haber recurrido a él antes.
Esta metodología consiste en buscar la mejora y la optimización de los sistemas de producción eliminando todo aquello que no ayude o aporte valor al proceso productivo. Erradica todo lo superfluo y mejora todo lo útil, dejando solo lo que de veras funciona y haciendo que, además, rinda mucho mejor.
Para ello, sigue cinco principios conocidos como TQM o Calidad Total, JIT o Justo a Tiempo, Kaizen o Mejora Continua, TOC o Teoría de las Restricciones y, por último, la Reingeniería de Procesos. Son los 5 pilares que definen al lean manufacturing y que podemos ver en grandes compañías del panorama internacional por separado. No obstante, cuando confluyen, consiguen una mejora más que notable.
Perseguir la calidad constantemente, buscar qué procesos fallan y hacer que funcionen mejor, eliminar los gastos en materias o procedimientos que no den el rendimiento adecuado e incluso cambiar la perspectiva para buscar un mejor aprovechamiento de diferentes agentes del procedimiento de producción. Estas son varias de las consecuencias de la implantación de esta filosofía, como también lo es el conseguir que solo se genere y enriquezca aquello que sea bueno para el cliente.
Porque no solo trata de hacer que se trabaje mejor, sino también de que el producto o el servicio final sean mejores. El lean manufacturing es algo que mejora a una empresa en todos los aspectos y que consigue una mayor satisfacción del consumidor, lo que a su vez repercute en los beneficios y, por tanto, en el crecimiento del negocio. Su eficacia, objetivos y principios han demostrado que es un sistema a tener muy en cuenta, y no se debe pasar por alto.