En el mundo empresarial actual, la percepción sobre el error va ligada en gran medida a la filosofía de la compañía. Mientras unas lo consideran como un fracaso inadmisible, otras piensan que es un paso hacia el éxito y motivan a sus empleados a cometer más errores.
El factor diferencial
Diversos expertos han advertido que el error y el fracaso no son sinónimos. Tratarlos como tal puede afectar en gran medida el desempeño y crecimiento de la empresa. Por tanto, también su capacidad de innovación.
La principal diferencia es el aprendizaje. Mientras de los errores se aprende, en el fracaso la empresa o las personas simplemente se limitan a fallar, y no a tomar la experiencia como una oportunidad de mejora.
El uso de ambos términos como sinónimos puede hacer que las personas teman explorar áreas desconocidas o tomar riesgos. Lo que limita en gran medida la innovación.
Casos de éxito
Varias de las grandes corporaciones han revelado que en cierta medida motivan a que sus empleados cometan errores. En Coca Cola, por ejemplo, el error era algo que se evitaba a cualquier costa. Pero la llegada de James Quincey -director ejecutivo- en el 2017, planteó un cambio importante de paradigma. Quicey ha declarado en entrevistas que si no se cometen errores, es porque no están realizando suficientes esfuerzos.
Algo parecido ocurrió en Netflix. En una ocasión, Reed Hastings, CEO, explicó que sus series estaban teniendo demasiado éxito y la tasa de cancelaciones era muy baja. Eso solo significaba que no estaban tomando suficientes riesgos, algo que debía cambiar.
Amazon es otro ejemplo de esta filosofía. Jeff Bezos ha declarado en varias ocasiones que tras cada uno de sus éxitos se encuentran cientos de errores cometidos.
Todo esto demuestra que en la actualidad, la perseverancia es clave para alcanzar el éxito. En especial, en tiempos donde la innovación cobra tanta importancia.
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