La empresa nipona Vinclu Inc., fundada en 2014, que aún es extremadamente joven pero más que ambiciosa, ha sacado al mercado hace unos pocos meses un holograma que interactúa con su dueño con total naturalidad.
La revolución domótica
Azuma Hikari es el personaje encargado de hablar con los usuarios, de despertarles por la mañana y de saludarle cuando vuelven a casa por la noche.
Gatebox tiene una arquitectura que está diseñada para comunicarse con dispositivos conectados a Internet, pudiendo controlar desde la temperatura de la bañera hasta la programación de tu televisor solo con susurrarle las órdenes a nuestra amiga Azuma.
También puede conectarse a Internet y obtener información de interés como por ejemplo el estado del clima y el cambio actual euro-dólar.
Azuma está dotada de sensores que te permiten comunicarte con ella mediante la voz, y está dotada de una tecnología especial creada por Vinclu que se acerca a la definición de inteligencia artificial.
Azuma puede llegar a ser inteligente y consciente pero nunca podrá ser un peligro para sus dueños y, afortunadamente, lo peor que puede hacer es desbordar la bañera o cambiar la temperatura del agua por error.
¿Utilidad o fetichismo?
Sin embargo, Gatebox no es un dispositivo con el que poder controlar mejor los sistemas domóticos de la vivienda.
El objetivo de Gatebox es ofrecer a los usuarios la visualización holográfica de un personaje que simula vivir dentro del dispositivo para agregar una divertida dinámica al control inteligente de la casa.
A diferencia de un control remoto, Azuma tendrá una personalidad real y empatizará perfectamente con sus dueños.
Gatebox puede adquirirse por el módico precio de 1.360 dólares (1.220€).
La red social del barrio
Además la empresa ha lanzado otro producto, llamado Ayatori, que es un dispositivo ligero que conecta entre sí los teléfonos inteligentes detectados en un radio cercano.
El dispositivo está diseñado para permitir la comunicación en el vecindario a personas que también tienen un Ayatori conectado y para que estas puedan compartir intereses comunes.
Aunque parezca una forma de digitalizar las conversaciones vacías de ascensor, esta herramienta puede ser un paso hacia delante en las redes sociales, consiguiendo interrelacionar de forma física a usuarios digitales con intereses similares que se vivan a poca distancia. Cuenta también con modo “fiesta” y modo “buscar pareja”.
Con el avance de la tecnología cada vez más dispositivos que solo habíamos visto en películas y en producciones anime se están convirtiendo en realidad.
Quién sabe si en un futuro cercano podremos disfrutar de la vida al 100% mientras un montón de autómatas fabrican nuestras necesidades sin coste y sin esfuerzo.
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