Hace tiempo que la revolución digital imprime su huella en el quehacer de los negocios, imponiendo a los mercados nuevas necesidades y metodologías, nuevas dinámicas de promoción y nuevas rutas de acceso al cliente.
Tener visibilidad es, cada vez más, contar con una presencia fuerte en la red, cuando no en el llamado mundo 2.0 de las redes sociales y participativas: Twitter, Facebook, Instagram, Snapchat y muchas más.
Eso sí, el mundo virtual no se limita a la mera publicidad, sino que también permite nuevos esquemas de ventas directo al cliente, nuevos modos de organización del consumo en torno a la inmediatez y la customización: el cliente consume de la forma en que más cercana y apetecible le resulta. Los tiempos de la pasividad del cliente han quedado atrás hace mucho.
La cara amigable del marketing
La clave para potenciar el uso de Internet se resume en una palabra: la actividad. Una presencia activa en los medios digitales es aquella que no se contenta con hacer acto de presencia, es decir, tener una página web que sus clientes eventuales puedan hallar vía buscadores (como Google o Yahoo), sino que emite información y propicia el diálogo y la proximidad con quienes son o pueden llegar a ser su público.
Para ello resulta indispensable la inversión en un Community Manager (Administrador de cuentas en redes sociales) que responda a un alineamiento promocional afín a las estrategias de mercado.
Este nuevo tipo de empleado se encargará no sólo de gestionar los requerimientos de los clientes usuarios de redes sociales (preguntas, reclamos, solicitudes de información…), sino que además invertirá en mantener viva la imagen de la empresa, a través de recomendaciones, promociones y actividades que fomentan la sensación de comunidad y que generan empatía de cara al usuario.
Usando la red a tu favor
Es vital considerar la inversión en la red como un canal más de ventas y promoción, y no como un fin en sí mismo o un mero requisito para estar a la moda.
De este modo es posible robustecer la imagen de la empresa en Internet, aprovechando la velocidad y la bidireccionalidad de los medios digitales, ampliando el espectro clientelar y, por si fuera poco, manteniendo constante supervisión de lo hecho a través de herramientas de muestreo (como Google Analytics), para asegurarse de que el enfoque de las estrategias sea el adecuado para el público que se desea captar.
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