La figura del casino es una que todos conocemos de una forma o de otra, y que siempre vinculamos con grandes recintos repletos de personas que plantan cara a la suerte jugando para ganar dinero. Luces de neón, música estridente y el sonido de las tragaperras y las monedas brotando componen esa estampa que a todos nos viene a la cabeza al hablar de estos negocios.
Pero lo cierto es que cada vez es más frecuente ver la versión digital de todo esto. Los casinos online ya se han convertido en un elemento más del día a día de muchas personas, que acuden a ellos para desconectar un poco del estrés diario y también para divertirse jugando al póker, a la ruleta, a las slots o a cualquier otra propuesta divertida.
Entender mejor la situación actual es algo que requiere conocer también el origen de este fenómeno lúdico contemporáneo. Los primeros datos de la existencia de lugares dedicados al juego datan desde incluso antes del año 530 a.C., mostrando pueblos enfrentados no en combate, sino en juegos.
Así, con el paso del tiempo se fueron viendo diferentes manifestaciones de este tipo de negocios, una figura que fue evolucionando hasta que en 1638 se construyó el primer casino totalmente legal en Venecia. Ridotto, como se le conocía, fue el pistoletazo de salida a toda una familia de casinos que se han ido extendiendo con el paso de los años por todas partes del globo.
Pero la figura del casino online llegaría con el boom de internet, de la mano de dos nombres que marcaron historia: The Gaming Club e Intercasino, ambos creados por la famosa empresa de juegos Microgaming. Estas plataformas fueron las que iniciaron el fenómeno, los primeros casinos en línea que abrieron sus puertas digitales para acoger a jugadores de todo el mundo en su interior.
Jugar desde casa, sin tener que moverse del sofá y con tan solo requerir una conexión a internet. Un nuevo modelo de negocio que desataría toda una fiebre que, a día de hoy, vemos manifiesta con toneladas de portales online dedicados a ella. Ahora los casinos en línea son muy versátiles, son capaces de ejecutarse en muchos dispositivos diferentes y presentan unas facilidades antes impensables. Son un enorme ecosistema al que es imposible ignorar por sus posibilidades y por su brutal margen de crecimiento.
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