Uno de los elementos que forman parte de la estrategia de marketing de una marca, y que ayuda al correcto posicionamiento de la misma, es el catálogo de productos o servicios.
Todos hemos visto infinidad de catálogos de productos y servicios, pero la gran mayoría de ellos solo permanecen en nuestra memoria un tiempo limitado, desapareciendo sin dejar rastro a los pocos minutos de haberlo visto. Esto ocurre porque las empresas no saben sacarle provecho a esta herramienta de venta.
Te damos algunos consejos para que tus catálogos y tarifas capten la atención de tus clientes y se traduzcan en mejores resultados comerciales.
No pierdas de vista tu objetivo
Aunque resulta bastante obvio, muchas compañías pierden el foco del valor añadido que ofrecen sus productos o servicios, y se enredan en explicaciones detalladas e infructuosas de estos.
Recuerda, en tiempos en donde la atención del usuario es cada vez menor, extensas descripciones de producto terminarán por ahuyentarle. Por tanto, si puedes exponer en unas breves líneas qué vendes y qué beneficios ofreces, tu objetivo estará mucho más cerca.
En cuanto a la información técnica o específica, siempre podrás contar con un apartado especial para ello, pero esta no debe ser parte de la exposición principal del producto.
Claridad y precios competitivos
Esta precaución complementa el punto anterior. A la hora de presentar tus productos o servicios, utiliza un lenguaje ameno y respetuoso, pero claro y directo. Detalla cada ítem y reserva un apartado del catálogo para publicar una breve descripción de tu empresa, donde se incluya qué la diferencia de la competencia, así como los valores que transmites a tus clientes mediante lo que ofreces.
Por otro lado, es importante que sigas un procedimiento para determinar de forma cabal y realista el precio de un producto o servicio sobre la base de los diferentes tipos de costes de producción y distribución, teniendo en cuenta el margen de ganancia que te has propuesto percibir.
Antes de definir el precio de tus productos o servicios, también deberás realizar un estudio de los precios de la competencia para intentar estar en un rango parecido, pero no te dejes llevar solo por estos datos, ya que los precios que funcionan para una empresa pueden ahogar la tuya.
Recuerda que, para no tener que imprimir varias veces el catálogo debido a modificaciones en los precios, es mejor aplicar un margen de beneficios alto y trabajar con descuentos a la hora de cerrar las operaciones comerciales con los clientes.
Diseño, maquetación y distribución del catálogo
Habiendo definido las descripciones de producto, de la empresa y los precios, viene la parte más divertida y la que hará que tus clientes potenciales te recuerden: el diseño del catálogo. Este debe ser el fiel reflejo de tu imagen corporativa en cuanto a colores, imágenes, fotografías y textos explicativos, razón por la cual cada detalle cuenta y debe ser celosamente cuidado.
No intentes hacer tú mismo el diseño si no tienes experiencia. Lo recomendable es encargar el diseño y maquetación de tu catálogo a profesionales experimentados. Un fotógrafo y/o un diseñador gráfico te ayudarán a transmitir el mensaje correcto, a generar atracción y a asegurar que el documento sea práctico y fácil de consultar para tus clientes.
Una vez realizado el diseño, solo te faltaría definir cómo vas a presentar el catálogo a tus clientes actuales y potenciales. Para ello, la selección del formato es muy importante.
Si tus márgenes de venta y tu presupuesto lo permiten, puedes imprimir tu catálogo de productos o servicios en papel glasé con un acabado fino brillante o mate. Si, por el contrario, tu idea es gastar lo mínimo posible en la presentación, puedes enviarlo por email en formato pdf o multimedia, o, incluso, subirlo a tu web para que los interesados puedan descargarlo. Ten en cuenta que estos archivos se pierden con facilidad y no te servirán para permanecer en la memoria del cliente durante mucho tiempo.
Un opción intermedia mucho más barata que la impresión en imprenta, e igualmente efectiva para reforzar la imagen de marca y que los clientes os tengan siempre presentes, son las copias CD o copias DVD. Grabar el catálogo en estas plataformas y personalizar el disco y la carátula es una opción muy práctica, mucho más portátil que un catálogo físico y fácil de presentar a tus clientes.
Si te decantas por esta alternativa, lo recomendable es que externalices el servicio de copias y personalización a una empresa especializada, de manera que tengas garantía de un producto final de calidad. Las copias y pegatinas hechas de forma doméstica no profesional darán la impresión de que lo que ofreces tampoco es profesional.
El catálogo es la carta de presentación de tu negocio, así que presta mucha atención en él si quieres mejorar las ventas y tu presencia en el mercado.
Imagen: Freepik