Hoy en día todo el mundo habla de emprendimiento, todos quieren crecer y ganar, pero sobre todo quieren hacerlo aprisa, y en muchos casos eso puede significar hacer cosas que, a la larga, jueguen en tu contra o se te reviertan, esperándote a la vuelta de la esquina para cobrar su precio. Todo oficio tiene sus códigos morales, sus mandamientos éticos generales para una sana y digna competencia que beneficie a quienes se esfuercen y se lo merezcan, sin perjudicar a los demás, o al menos no hacerlo más allá de lo estrictamente inevitable.
Y ya que la ética forma parte imprescindible de la vida del profesional exitoso, conviene informarnos respecto a cuáles son las posturas más responsables a la hora de iniciar un emprendimiento.
Mandamientos éticos de todo emprendimiento
1. No harás a otros lo que no tolerarías que te hicieran a ti
Un principio, éste, extraído del sentido común cristiano. Insuperable en simpleza y en visión de la justicia en la vida, tendría que ser la piedra fundacional de tus proyectos de emprendimiento. Nadie es culpable de las frustraciones y los sacrificios que hayas tenido que enfrentar en la vida, o las consecuencias de las decisiones que tomaste. No trates a los demás como si lo fueran, ni les permitas que lo hagan contigo. No te sumes a la extensísima cadena de rencores, abusos y petulancias que a menudo empaña el trato entre quienes habitan el mundo de los negocios.
Sé franco, sé humilde. Recuerda que la tierra gira y el día de mañana puedes estar pidiendo favores o enfrentándote en calidad de adversario a quienes hoy te das el tupé de despreciar. Sé asertivo con tus relaciones y recuerda que el mundo sonríe a quienes le sonríen primero.
2. Honrarás las normas y la legislación, tanto como tus responsabilidades contractuales
Del mismo palo del mandamiento anterior: cumple con tus compromisos y respeta las reglas de juego. Créeme, no existen vías rápidas en el mundo financiero y todo, absolutamente todo lo que se hace, se paga.
Tal vez no te lo parezca inicialmente, pero si arriesgas tu empresa en atajos turbios o dejas de respetar a tus empleados, no tardarás en perder el respeto y la confianza de quienes estén a tu alrededor. Y sin esos dos pilares sociales, nada en el mundo funciona como debe. Recuerda, no eres el único que sabe jugar sucio. Hazlo y verás cómo pronto te lo hacen a ti.
Siempre es preferible gestionar dando ejemplo.
3. Serás agradecido con tus colaboradores
Por pequeños que sean, por insignificante que fuera su ayuda, no importa: sé agradecido. Recompensa las lealtades y cultiva el aprecio y el respeto como un valor añadido de los negocios. La mejor consecuencia de ello será gozar de un constante flujo de ideas, propuestas, consideraciones y, lógicamente, beneficios. Nunca se sabe por dónde vendrá la idea ganadora, así que hazte digno de ser quien la escuche primero.
4. Valorarás el trabajo
El propio, obviamente, pero también el ajeno. No seas mezquino con tu personal, ni pretendas que trabajen de gratis. Valora su tiempo, conócelos, haz de ellos tu equipo. Si no, jamás esperes contar con su comprensión o su apoyo más allá del límite de lo formal.
Por ejemplo, si no pagas horas extra, o no las recompensas de algún modo, tu equipo huirá en estampida apenas suene el reloj de la oficina. Si no eres comprensivo con las necesidades de cada empleado, si no te das el tiempo de conocerlos, te verán a través del cristal de esa indiferencia, y serán fácilmente captables por los cazadores de recursos humanos de la competencia.Cuida a tu equipo.
5. Trabajarás siempre por el bien común
Tan simple como suena: tu cometido no es hacerte millonario a costa de lo que sea. Tu cometido es poner un granito de arena, resolver una necesidad, satisfacer una demanda. En definitiva: apostar por un mundo mejor. A tu manera, con tus talentos. No eres un superhéroe. Pero tampoco un ave de rapiña.
Muéstrate respetuoso de la vida y del mundo, que te brinda la oportunidad de crecer y de cumplir tus metas. No contamines más de lo indispensable (e incluso así, piensa en soluciones para no hacerlo tanto), ni cultives la infelicidad entre tus semejantes. No pierdas la perspectiva vital: todos en el mundo, ricos y pobres, nos vamos a morir. Piensa en qué quieres que digan de ti cuando ya te hayas ido. Ésa es la meta verdadera.
Siguiendo estos cinco mandamientos podrás mantener el timón en su rumbo ideal y garantizarte a ti mismo el profesionalismo, la salud y la paz de conciencia. Lo importante es dormir tranquilo al final del día, así que procura emprender de forma responsable.
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