Si bien toda empresa y toda iniciativa de negocios tienen su punto de partida siempre de condiciones y contextos específicos, también es verdad que a lo largo de la historia de las finanzas hay patrones repetitivos y recurrentes. Decisiones, situaciones, características que es posible identificar y aislar, como hacen los científicos con los genes, para estudiarlos por separado y saber cuáles son comunes a las empresas más exitosas.
En este artículo intentaremos ese ejercicio. Te presentamos a continuación las cuatro características puntuales que parecen estar siempre involucradas en los programas financieros de éxito, en las empresas que no sólo lograron su cometido, sino que sentaron un precedente.
Los 4 pilares de toda empresa exitosa
1. Construir un lugar estratégico
En la táctica militar, que decidía el destino de los combates de antaño, se valoraba sobremanera las posiciones elevadas del campo de batalla. La razón de ello estribaba no sólo en la mejor perspectiva visual, que permite planificar estrategias y atacar desde lejos al enemigo, sino porque podía atacarse al enemigo viniera por donde viniera. Eso es, justamente, un lugar de ventaja y superioridad.
En el terreno financiero las cosas no son tan diferentes. Un lugar ventajoso para una empresa implica, también, una mejor perspectiva del mercado, desde donde prever los movimientos financieros y adaptarse a tiempo; así como percibir a la competencia y forzarla a trepar hasta arriba para poder entablar el combate, en donde la esperaremos descansados y prevenidos.
Así lo han hecho las grandes empresas de éxito. Ahora pregúntate: ¿De qué manera puede tu empresa asumir una postura semejante? ¿Cuáles son las elevaciones potenciales en tu campo de terreno?
2. Disciplinarse
Roma no se construyó en un día, y los lugares ventajosos tampoco. La disciplina ha sido fundamental en la consecución de los objetivos de todas las grandes empresas, pues no hay peligro más grande que esperar a que la vía fácil llegue del cielo y nos favorezca. ¿Pero qué significa disciplina?
Simple: el respeto por los procedimientos y las operaciones. El compromiso con el éxito venidero. Todo eso se traduce, en términos organizacionales, en la constante capacitación del recurso humano, en la planificación estratégica más tenaz, en la revisión constante y minuciosa de que, en efecto, las cosas marchan al ritmo que deberían.
Un día a la vez, dice el proverbio. Así que: ¿estás haciendo día a día lo necesario para que tu empresa marche hacia el éxito? ¿Estás invirtiendo tus esfuerzos de manera regular en ello?
3. Agilizarse
La disciplina, sin embargo, tiene un lado peligroso. Endurece las estructuras, tensa las relaciones, anquilosa los modelos de negocios. Esa tampoco es la idea. Las empresas de mayor éxito han sido sagaces en su aproximación al terreno de juego, es decir, han averiguado muy prontamente adónde desean ir y cuál es el mejor camino para hacerlo. Han sabido tomar a tiempo decisiones. Eso es agilidad.
Ser ágil no es ser temerario, claro, ni vivir al borde del volante. Pero sí arriesgarse a las oportunidades y reconocer el cambio como una fuente posible de innovación y de puertas por abrir. Lo contrario a detenerse en el tiempo.
Así, pues, ¿sabes bien adónde va tu organización y a través de qué camino? ¿Te has preguntado si hay otros cercanos o si esos inconvenientes venideros no son precisamente la oportunidad de emprender un camino mejor?
4. Enfocarse
El cuarto punto y quizá el más importante, es el foco. ¿Cómo saber si el camino es el correcto si no sabemos muy bien adónde vamos? He allí justamente la importancia de enfocarse: conocer la meta desde todos los puntos de vista posibles.
Un emprendedor debería ser, ante todo, un especialista en eso que desea obtener. De otro modo, no podrá tener el foco correcto para apreciar sus matices y sus posibilidades, sino que tendrá una imagen borrosa de su totalidad.
Entonces, pregúntate: ¿qué tanto sabes de tu meta? ¿de qué modo puedes aprender más sobre ella y compartir ese conocimiento con tu equipo de trabajo?
Enfocarse, agilizarse, disciplinarse y construir un lugar ventajoso: los cuatro pilares del éxito empresarial están ahora a tu alcance. Y las demostraciones de ello las pone la historia. Podrías aplicarlos al caso específico de esa empresa que tanto admiras y tanto conoces.
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Hace poco he comenzado un web, la información de tu blogg me proporciona mucha informacion. Gracias por todo tu tiempo y trabajo.
Saludos