Consejos para planificar sin pecar de optimista

Todas las empresas se inician con una importante dosis de optimismo, pero el exceso de confianza puede llevarnos directos al desastre. Esto es lo que no debes hacer…

Planificar agenda sin ser optimista

Ninguna empresa se inicia sin una importante dosis de optimismo. Es importante que el emprendedor esté enamorado de la idea y que se atreva a ir a por todas, confiando en las posibilidades de lo que ofrece. No obstante, tal optimismo no puede desatender la llamada de la realidad concreta, que obliga a mantener los pies sobre la tierra.

A veces ese proceso de anclaje a la realidad es difícil de llevar, de manera que es bueno tener en cuenta estos datos al planificar la agenda para evitar malos resultados debido a exceso de confianza. Veamos algunas de las situaciones que pueden afectar a los optimistas empedernidos.

Exceso de ilusión

Los emprendedores suelen ignorar las advertencias acerca de los riesgos del proyecto. Al fin y al cabo, si no asumieran riesgos no serían emprendedores. Pero cuando esta confianza se excede el desastre es inminente, a menos de que lo salve un golpe de suerte.

Curiosamente la mayoría de la gente no reconoce tal suerte sino que asumen que ese resultado fue parte de su estrategia. Hay que escuchar a quienes tienen más experiencia y conocen mejor el mercado.

El tiempo siempre juega en contra

La gente suele sobreevaluar sus propias capacidades y cree que le dará tiempo de hacer más cosas de las que realmente puede. La prueba está en las listas de tareas que se quedan incompletas. Y es que en realidad las cosas llevan más tiempo que el que calculamos para ellas.

Cuando surge algún detalle que está fuera de control, la solución de ese detalle toma tiempo que luego no se puede recuperar. En el mundo empresarial esto puede ser muy grave, porque éste se mueve de modo razonado y no desde la impulsividad. Así que lo mejor es asumir menos tareas y cumplirlas todas, que dejar pendientes día tras día.

Todo depende del emprendedor

Es una de las premisas falsas que más cree la gente. Los resultados no dependen sólo del esfuerzo. Mucho menos del esfuerzo de una sola persona; la iniciativa tendrá que enfrentar un mercado en el que habrá competencia, gente haciendo cosas con mejor o peor resultado.

Los emprendedores también sufren enfermedades y accidentes. En fin, un emprendimiento no puede depender de una sola persona o caerá irremediablemente cuando esa persona falle.

La constancia lo puede todo

Una persona emprendedora es por naturaleza perseverante, capaz de empujar una idea, pero el exceso en ese proceso puede llevarlo al despeñadero cientos de veces.

Actuar con terquedad puede ser el inicio de una bancarrota al insistir en una idea que no da resultados, o al endeudarse para lograr un objetivo que está fuera de alcance.

Eso no me pasará a mí

De acuerdo con estudios recientes, las posibilidades de que un nuevo negocio prospere en EEUU es del 35% (en otros países puede ser mucho menor). Pero los propietarios de esos emprendimientos están todos convencidos de que pertenecen al 35% y no al resto. De lo contrario, no estarían allí.
En una planificación empresarial seria, hay que tener en cuenta que los imprevistos ocurren, de tal modo que haya alguna forma de amortiguar su impacto.

Author: Lean Mind

MBA (exchange), Entrepreneurship, Startups and VC - IE Business SchoolIE Business School. ● Full-time MBA, Business Administration and Management - The Australian Graduate School of Management (AGSM) @ UNSW Business School. ● Doctorado en Fisiología y Nutrición, Ciencias de la Nutrición - Universidad de Navarra.

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