La baronesa Mercédès Adrienne Manuela Ramona von Weigl, conocida como Mercedes Jellinek, nació en Viena el 16 de septiembre de 1889 y falleció el 23 de febrero de 1929. Era hija del diplomático y empresario austriaco Emil Jellinek y de su esposa Rachel Goggmann Cenrobert. A ella se debe el nombre de la marca de automóviles Mercedes-Benz.
En un pasaporte que aún se conserva, se puede leer que la baronesa Mercedes tenía el pelo castaño y los ojos verdes. Era una mujer decidida, emprendedora, audaz y cosmopolita. Tenía una personalidad llena de energía y le gustaban las emociones y las carreras de coches, gusto heredado de su padre.
La pasión por los automóviles viene de casta
Hasta hace poco se pensaba que “Mercedes” era más bien un apelativo cariñoso, pero el pasaporte confirmó que era parte de su nombre. Su padre era cónsul diplomático, y sentía una verdadera devoción por su hija y por las carreras automovilísticas.
El señor Jellinek participó en carreras conduciendo un bólido de la época bajo el pseudónimo Monsieur Mercédès. Era tal su pasión por los coches, que en 1900 tuvo una idea, encargó a la empresa DMG (Daimler Motoren Gesellschaft) que le fabricasen una flota de 36 coches, con una sola condición: los coches deberían llamarse Daimler – Mercedes.
El Sr. Jellinek se constituyó en un verdadero visionario cuando dijo: “El futuro del automóvil radica en la velocidad y en la elegancia”. Decía: “Si no puedo ir más rápido en un automóvil que en un coche de caballos, puedo seguir viajando en carruajes de tiro”.
Así, desarrollo tecnológico por un lado y elegancia por el otro, se convirtieron en los pilares que sostendrían lo que después sería Mercedes Benz.
El nombre que hoy es sinónimo de prestigio
En 1903 añadió el nombre de su hija a los automóviles y al suyo propio, y pasó a llamarse Emil Jellinek Mercedes. A raíz de esto solía bromear diciendo que era la primera vez en la historia que un padre adoptaba el nombre de su hija.
En 1926 se firmó un acuerdo entre Daimler y la empresa Benz, otro de los grandes fabricantes de coches de la época, fundada por Karl Benz. La empresa resultante tomó el nombre de Daimler Benz, quedando el de Mercedes Benz como marca comercial.
Mercedes tuvo una vida al estilo savoir faire, se casó con un barón y luego con un escultor. Su vida transcurrió entre la nobleza y el arte; como los Mercedes Benz de hoy.
La ascendencia noble de uno de los coches más elegantes del mundo es herencia directa de su estirpe. Una baronesa le dejó su nombre, su estilo y su título, y un hombre hizo realidad un sueño.
La pregunta es: ¿qué herencia le vas a dejar a tu idea de negocio?