Cotizar en la Bolsa es una de las técnicas más efectivas para encontrar inversores y conseguir que tu negocio sea más visible para ellos. Muchos emprendedores dejan de hacerlo por considerar que este procedimiento es solo aplicable a grandes empresas internacionales, o que los requisitos son muchos y no se consideran aptos para llevarlos a cabo.
La verdad es que salir a la Bolsa no es algo tan fácil de hacer. Pero existe una razón por la que las grandes empresas cotizan en ella: funciona. A través de ella, encontrarás nuevas formas de conseguir financiación. Antes de tomar esta decisión, tienes que plantearte los objetivos que deseas lograr con tu salida a la Bolsa. Cuando los tengas claros, estudia qué mercado estará más interesado en tu empresa y por qué.
¿Cuánto vale tu empresa?
Antes de tu salida a la Bolsa, debes asegurarte de cumplir con sus requisitos. Para poder cumplirlos todos, es muy probable que tengas que hacer cambios básicos e importantes en tu empresa.
Es necesario que, antes de hacer cualquier cambio, conozcas el valor de tu empresa. ¿Cuánto vale y por qué? ¿Qué tienes para ofrecer al mercado? Descubre cuál es la razón por la que los inversores se interesarán por invertir en ti. Debes saber con antelación la respuesta a todas estas preguntas.
Empresas de alto riesgo
Los inversores siempre verán a los emprendimientos como empresas de alto riesgo. A pesar de que tú determinas un valor que consideras adecuado, ellos no tienen forma de comprobar que, de hecho, tu empresa vale lo que dices. No cuentas con un histórico, y lo más probable es que ninguna otra empresa en el mercado funcione como referencia.
Prepárate para responder de forma eficiente ante diversos escenarios. Esa será la única manera con la que podrás constatar a los posibles inversores que tu empresa tiene el valor que dices. La salida a Bolsa, a pesar de requerir preparativos costosos, tiene muchos beneficios y te permitirá entrar en el mercado financiero en una buena etapa.