Que llamen a la puerta de tu casa, oficina u hotel para ofrecerte un servicio completo de maquillaje y peinado debe ser un negocio rentable. Ya existen emprendimientos en México que brindan este servicio a través de aplicaciones que gestionan tus solicitudes.
Glam2Go y Bonna son dos de las opciones que tienen las usuarias para recibir las atenciones especiales, que van desde maquillaje, arreglo del cabello, cuidado de las uñas y el diseño de cejas.
El mercado del maquillaje en este país representó en el 2013 el 1,2% del Producto Interno Bruto nacional, lo que generó más de 250.000 empleos directos e indirectos en el sector de la belleza, según cifras suministradas por Euromonitor Internacional.
Y es que vivimos en un mundo donde la imagen es la piedra angular de la sociedad.
Ranking mundial
La nación azteca obtuvo en aquel entonces la décima posición en todo el mundo, por debajo de grandes mercados como los de Francia, Rusia e Italia.
Este tipo de soluciones permiten que las usuarias ahorren tiempo y esfuerzo a la hora de trasladarse a los salones de belleza, muchas veces alejados o con falta de espacio en la agenda para prestar sus servicios.
Tener una ventana virtual y no un local comercial permite ahorrar lo necesario para ofrecer servicios Premium, con precios competentes y mucho más accesibles que las opciones que tiene el mercado actual.
Personal capacitado
La prioridad de este emprendimiento es contratar a los mejores profesionales y maquilladores. También sumará puntos contar con un catálogo con todos los servicios a ofrecer, siempre trabajando con productos de calidad.
La eficiencia en el uso del tiempo es tal vez su punto más fuerte, ya que se organizan las tareas de los colaboradores, las citas de las usuarias y el tiempo propio.
En el caso de Glam2Go y Bonna, estas aplicaciones han calado hondo en el mercado mexicano. Ofrecen diversas modalidades de servicio, como en grupo y para adolescentes. La reserva se puede hacer hasta con dos horas de antelación.
Este es otro caso de emprendimiento exitoso, en el que se considera a la belleza como una forma de generar capital, gracias a las ventajas que aporta la tecnología.