A simple vista las bolsas de plástico pueden parecer un simple artículo presente en la vida cotidiana, inofensivo. Pero lo cierto es que, desde su aparición en la década de los 60, se convirtieron en el principal problema del medioambiente. Hoy por hoy, es un asunto que afecta de lleno al sector empresarial.
El uso de las bolsas de plástico está siendo limitado, hasta se busca prohibirlas definitivamente. En los últimos años los países han multiplicado sus esfuerzos para lograr tales medidas. Hoy por hoy, más de 80 países se han sumado ya a esta iniciativa.
Pese a este movimiento, no se ha podido determinar si verdaderamente esta propuesta tiene un impacto positivo en el control de la contaminación de las aguas marinas. Esto se debe a que cada país cuenta con sus propias legislaciones, lo que hace que varíe la definición de “bolsa” y sus directrices.
¿Cuál es el objetivo de la regulación del uso de las bolsas de plástico?
La Unión Europea, por ejemplo, tiene como meta, para el 2019, que únicamente se gasten 90 bolsas por persona al año, lo que representa un total de 46.000 millones de bolsas en la población del continente. Esto significa que se habría reducido un poco menos de la mitad si se compara con el año 2016.
Sin embargo, tales limitaciones para el uso de las bolsas de plástico tiene su repercusión en las empresas, en las tiendas y demás negocios. Un poco antes de la época de verano, los establecimientos cobraron las bolsas de plástico hasta a 30 céntimos. Pero el objetivo principal es que, para el año 2020, su uso esté prohibido definitivamente en Europa.
Otro punto a destacar es que la distribución de las bolsas de plástico se ha reducido considerablemente en España. Pero existe un grupo considerable de consumidores que sigue viendo con recelo esta medida, pues rechazan que los supermercados cobren por cada bolsa de plástico, medida que también se ha implementado en las tiendas de ropa, librerías, farmacias o en las carnicerías, que toda la vida han suministrado las bolsas gratis.
Las empresas deben concienciar
En la otra cara de la moneda están los comerciantes y empresarios que, en muchos casos, no tienen claro cómo debe aplicarse esta medida, si es obligatorio cobrar cada bolsa y cuál será la reacción que generará entre sus clientes.
Lo importante es que los dueños de los establecimientos se preocupen por concienciar a sus clientes sobre esta situación y que comprendan que no es una decisión sobre la que ellos tengan potestad, sino que es una iniciativa mundial a favor del cuidado del medio ambiente y en contra de la gran lacra que está suponiendo el plástico a nivel global.
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