Una de las modalidades recientes más ambicionadas por la generación internet es el trabajo desde casa, lejos del encierro de la oficina y de los horarios controlados. Eso que para algunos puede ser el trabajo ideal, para otros representa un reto, pues han de administrar por cuenta propia sus tiempos de trabajo.
Es necesario saber a cuál de los dos bandos se pertenece antes de incursionar en una modalidad que pueda luego resultar en frustraciones. Aquí te ayudamos a averiguarlo:
Los beneficios
- Ahorro en gastos de desplazamiento. Ya sea en automóvil o en transporte urbano, ese dinero que se gastaba en combustible o en un bono de bus ahora quedará en tu bolsillo.
- Comodidad Con programar tu despertador bastará para que puedas iniciar el día como más te guste y luego ponerte a trabajar. Sin uniformes, sin un horario estricto y vigilado, el único cometido es el cumplimiento de tus metas diarias.
- Control sobre tu alimentación. Nada de comer en costosos restaurantes cerca de la oficina, o peor, por salir del paso en esa cadena de comida rápida en la esquina. En casa puedes comer como te guste y sin salirte del presupuesto.
- Autonomía Eres el dueño de tu tiempo y de tus esfuerzos. Nadie estará sobre ti para presionarte u obligarte a trabajar a un ritmo determinado. Tú decides cómo trabajar. Bastará con que hagas siempre tus entregas a tiempo.
Los retos a afrontar
- Sensación de aislamiento. Fortalecer tu vida social es imperativo si vas a pasar el día completo metido en la casa. Ten cuidado con aletargarte y abandonarte. No te conviertas en un ermitaño metido en su cueva.
- Sedentarismo. ¿Por qué no salir a trotar a un parque cercano antes de sentarse con el ordenador en la mesa de la cocina? ¿O inscribirse a un gimnasio en el barrio? Pasar el día sentado trabajando podría atentar contra tu cuerpo y tu autoestima.
- Los límites los pones tú. No habrá nadie cerca para decirte cuándo parar, cuándo tomarte un descanso o dejarlo para el día siguiente. Deberás tener muy en claro el tiempo que dedicarás a trabajar y el que invertirás en tus actividades normales de casa.
- Deberás ser autodisciplinado. El precio a pagar por tu libertad de trabajo es ser altamente responsable y para ello resulta clave cumplir con las metas de cada día. No habrá nadie recordándote qué hacer ni a qué hora entregarlo. Eres también tu propia secretaria.
Teniendo en cuenta estas ventajas y dificultades de trabajar en casa, podrás averiguar a qué grupo perteneces: si a los que trabajan en casa con comodidad o los que prefieren la seguridad y supervisión de un horario de oficina.
Comparte este texto con tus conocidos de ambas tendencias y podrás hacerte una buena idea de ello antes de emprender.
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